Desde 1967, el 2 de abril, coincidiendo con la fecha del nacimiento del escritor danés Hans Christian Andersen, el IBBY promueve la celebración del Día Internacional del Libro Infantil con el fin de promocionar los buenos libros infantiles y juveniles y la lectura entre los más jóvenes.

Este año el lema que se eligió es: ¡CREZCAMOS CON LOS LIBROS!

 Y el mensaje que se difundió es el siguiente: 

En mi más tierna infancia me gustaba construir casitas con bloques y todo tipo de juguetes, solía usar como tejado libros infantiles ilustrados; en sueños, subía hasta el interior la casa, me acostaba en la cama hecha con cajas de cerillas y contemplaba las nubes o el cielo estrellado, todo dependía de la imagen que más me gustase.

Instintivamente, seguí la ley de vida de todo niño que busca inventarse un ambiente cómodo y seguro, para conseguirlo, un libro infantil fue de auténtica ayuda.

Después me hice mayor y aprendí a leer, en mi imaginación, un libro comenzó a parecerse más una mariposa o incluso un pájaro, que a un tejado. Las páginas del libro eran como alas y susurros. Era como si el libro situado en el alféizar saliera volando inesperadamente por la ventana abierta hacia espacios desconocidos. Lo cogí, lo empecé a leer y el libro se tranquilizó. Después lo seguí a través de otros mundos y parajes, mientras mi universo imaginario se iba extendiendo.

¡Qué alegría tener un nuevo libro en mis manos! Al principio no sabes de qué trata, te resistes a la tentación de abrirlo por la última página, ¡y qué bien huele! No es posible descomponer su olor: tinta, pegamento… no, no lo es. Tiene un aroma especial a libro, uno excitante y único. Las puntas de algunas páginas se pegaban como si el libro no se hubiera despertado aún, se despierta cuando lo empiezas a leer.

A medida que vas creciendo el mundo de alrededor se va complicando. Te enfrentas a cuestiones que incluso un adulto es incapaz de resolver. Sin embargo, es conveniente poder compartir las dudas y los secretos con alguien, por tanto aquí es cuando el libro viene en tu ayuda. Probablemente muchos de nosotros nos hemos planteado: ¡yo he escrito este libro! Y el personaje favorito de pronto parece ser como tú. Vive los mismos problemas y los trata con dignidad; otro personaje no se parece a ti en nada pero quieres que sea como tu ideal, pretendes ser tan valiente y capaz como él.

Me hace reír cuando un chico o una chica dice “no me gusta leer”, no les creo, seguro que toman helado, juegan y ven películas muy interesantes. En otras palabras, les gusta divertirse. La lectura, frente el desarrollo de los sentimientos y la personalidad, no es una tarea tan agotadora, si bien, ante todo, es un gran placer.

¡Precisamente, esta es la intención de los autores que escriben libros para niños!

Escrito por Sergey Makhotin
Traducido por Yana Shvedova
Ilustrado por Mikhail Fedorov

 

Este año nuestra Biblioteca se inscribió en la lista de adhesión para realizar diferentes actividades para conmemorar este día, y por ello los niños de #DiviérteLee disfrutaron con un cuenta-cuentos de uno de los títulos más reconocidos de Andersen, como es ‘El patito feo’, nos pareció un cuento especial para trabajar por la moraleja que por desgracia tanto necesitamos recordar: tenemos que respetar y aceptar; porque la apariencia es como un “envase”,y ahí no está lo importante, dentro de ese ‘envoltorio’ hay personas que aman, que sufren, que piensan y que quieren ser queridos, lo importante es lo que tenemos dentro de nosotros.

Además cada uno de estos niños y niñas eligieron un personaje de los cuentos de Andersen y se lo imaginaron cómo serían estos personajes si estuviesen escritos en la actualidad.

Esas obras de arte ya están camino de Madrid para participar en el concurso que OEPLI ha organizado.