El sábado pasado quisimos trabajar con ‘nuestro niños’ los cuentos clásicos.Esos que han pasado de generación en generación y que tanto nos han enseñado, quizás no nos hemos dado cuenta, pero son muy importantes por la capacidad que tienen de transmitir valores.

Puede que no hayamos reparado en ello, pero si lo analizamos, la mayoría de los valores más firmemente arraigados en nuestra propia personalidad llegaron a nosotros de la mano de algún cuento: los 3 cerditos, por ejemplo, nos inculcaron la importancia de trabajar bien; la tortuga y la liebre nos mostraban que la constancia y la modestia tenían su fruto; y la cigarra y la hormiga nos hicieron ver que era más rentable trabajar que ser un holgazán.

De todos los cuentos obtenemos una moraleja y es precisamente esa moraleja el mejor resumen de un cuento, y por tanto lo que mejor retenemos del mismo.

De ahí la utilidad de los cuentos para enseñar cosas nuevas, precisamente por esa facilidad con la que se recuerda la historia principal sirve para transmitir ideas y un montón de conocimiento. 

Por ello nosotros propusimos un juego, consistía en trabajar por parejas un cuento clásico. Leerlo y obtener la moraleja que el cuento guardaba. Una vez teníamos clara la historia y el mensaje que nos decía entre líneas, tendríamos que trasmitirlo al resto del grupo, pero con una dificultad añadida, junto al cuento dábamos una lista con palabras claves en la historia que estaban prohibido mencionar.

Con este juego no sólo trabajamos los cuentos, sino que además practicamos el lenguaje, la utilización de sinónimos y la soltura a la hora de expresarnos.

Además creamos un nuevo espacio decorativo en una de las ventanas de la Biblioteca, Cuentilandia, el país en el que se esconden muchos de los personajes de cuento que trabajamos.

Recomendamos desde aquí a los papis que leáis cuentos a vuestros pequeños y enumeramos una serie de ventajas que ofrece esta actividad, aunque seguramente si nos paramos a pensar, saldrían muchos más puntos positivos.

  • Porque escuchando cuentos aprenden a organizar su mundo, sus sentimientos: es una buena forma de entender el mundo real y el significado de las cosas que hay a su alrededor.
  • Porque es un excelente procedimiento de aprendizaje natural de la lengua materna.
  • Porque escuchando cuentos se aprende lo que es la estructura temporal: el antes, el ahora, el después, el hace mucho tiempo, el jamás… Aprenden a situarse en el tiempo a través de las acciones que van sucediéndose en una secuencia temporal determinada.
  • Aprenden a escuchar, a leer e interpretar las palabras, los gestos, los silencios, la espera, las manos, el ritmo…
  • Aprenden a distinguir la fantasía de la realidad.
  • Aprenden a desarrollar su pensamiento simbólico y fantástico.
  • Contar cuentos es una buena manera de jugar y disfrutar con el adulto.

 

 

 

Cómo siempre, os dejamos una serie de fotos para que nos veáis en plena acción y el próximo Sábado disfrutaremos de una nueva mañana de aprendizaje y diversión.

 

 

 

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